Tras un crecimiento del PIB turístico del 3,6% en el segundo trimestre (frente al 3,2% del primero), la previsión para el conjunto del año se ajusta a la baja: se espera un crecimiento del +3,3%, por debajo del +4,0% estimado a comienzos de año. Este ajuste es reflejo de un primer semestre menos dinámico de lo previsto y un segundo semestre condicionado por mayores riesgos macroeconómicos.
Aun así, el sector turístico seguirá siendo el principal impulsor de la economía española. Con una actividad prevista de 220.000 millones de euros, representará el 13,2% del PIB y generará el 18,3% del crecimiento total del país en 2025, muy por encima de su peso relativo en la economía.