Esta evolución responde al debilitamiento del entorno económico internacional y a los condicionantes que afectan a las principales economías emisoras.
Tras registrar un incremento del +2,8% en el tercer trimestre (+3,3% en el segundo), la previsión de crecimiento del PIB turístico para el conjunto del ejercicio se revisa a la baja hasta el +2,8%, situándose ligeramente por encima del crecimiento estimado para la economía española (+2,6%).
De confirmarse estas previsiones, el sector turístico dejaría de ejercer el papel de principal dinamizador de la economía española, posición que ha mantenido durante los últimos tres años. No obstante, su contribución seguirá siendo relevante: se estima que la actividad turística alcanzará cerca de 220.000 millones de euros, lo que representa una aportación del 13,1% al PIB nacional, máximo en la serie histórica.