El sector turístico español se ha visto afectado por el escenario de crisis económica que ha marcado el año a escala mundial. Tras un atípico y esperanzador comienzo de año turístico, a medida que ha avanzado la temporada de 2008 se ha extendido y acelerado una preocupante contracción de la afluencia de turistas nacionales y extranjeros y de sus volúmenes de gasto en destino, impulsada principalmente por la progresiva debilidad de la demanda española.